Reducir el consumo de carne mejoraría el panorama en las reservas de agua

Por Arfemec Maquinaria Alimenticia | Gastronomía
De acuerdo con una reciente investigación adelantada por la Universidad de Aalto, en Finlandia, reducir el consumo de carne debería ser una de las medidas a adoptar en la dieta, para garantizar la seguridad alimentaria.
El panorama de las próximas décadas sobre las reservas de agua
Comer menos carne permitiría, según el mencionado estudio, reducir el consumo mundial de agua, además de que podríamos disponer de mayor cantidad y calidad de tierras destinadas al cultivo y, de paso, abastecer de los alimentos necesarios a la creciente población mundial.
La misma investigación concluye, también, que para proteger los recursos hídricos de las regiones más áridas del planeta, sería necesario reducir el consumo de carne, dado que la producción de alimentos cárnicos requiere más cantidad de agua, que los alimentos de tipo agrícola.
Así las cosas, para enfrentar el enorme reto de alimentar, adecuadamente, a la población mundial en 2050, esta medida dietaria debería tener la misma relevanciaque la reducción del desperdicio de alimentos y la optimización en la gestión de los residuos resultantes de la cadena alimentaria.
El ya mencionado crecimiento poblacional, aunado al cambio climático, ejercerán una enorme presión sobre los recursos hídricos que, dicho sea de paso, ya son bastante limitados.
Es importante anotar, a este respecto, que se espera que para el 2050 el planeta esté poblado por unas 9.000 millones de personas, esto es, 2.000 millones más que en la actualidad, lo que equivale al mismo número de bocas más para alimentar.
Ahora, ello sería imposible, en ese entonces, con los actuales recursos y los niveles y las formas de producción alimentaria.
Reducir el consumo de carne: otros motivos para adoptar esta medida
De acuerdo con las estadísticas del estudio en mención, comer menos productos cárnicos nos permitiría reducir, en un significativo 21 %, el consumo de agua lluvia a nivel mundial.
Además, se reduciría en un 14 % el agua de riego. Dicho de otra manera, tenemos que, si adoptamos una dieta con más frutas y verduras, podríamos garantizar la seguridad alimentaria (suministro de alimentos) para esas 2.000 millones de personas, sin necesidad de aumentar el uso de los recursos hídricos.
Sin embargo, es importante anotar que el plan de ahorro no sería equitativo o, lo que es lo mismo, sería desigual, variando considerablemente de unos países a otros, en lo concerniente a la cantidad y al tipo de agua.
Continuando con las conclusiones del estudio, el cambio de dieta en Latinoamérica, Europa, Asia Central, Asia del Este y África (al sur del desierto del Sahara), reduciría el consumo de agua lluvia, más que todo.
En lo que respecta, esta vez, a América del Norte, Australia, el resto Oceanía y el Oriente Medio, se reduciría el gasto de agua de riego, principalmente.
Ahora, en el sur de Asia y en el Sudeste Asiático, un eventual (pero, necesario) cambio de dieta, no tendría el impacto que sí se presentaría en los países de las áreas ya mencionadas, dado que en esas áreas del Continente Asiático la carne no es muy importante en la dieta, como sí lo son el arroz, el mijo, la soja y demás.
De esta manera, reducir el consumo de carne, nos permitiría que, a futuro (año 2050) pudiéramos alimentar, adecuadamente, a cerca de 2.000 millones de personas de más, que poblarán el planeta para ese entonces, en comparación con la población actual.